COVID-19: del bloqueo al compromiso

Dos semanas después de las primeras medidas de aislamiento, entran en vigor nuevas disposiciones con impacto en aquellos sectores y actividades que no se consideran servicios esenciales. Las empresas han evolucionado su modelo de operaciones y han establecido protocolos para adaptarse a las restricciones y hacer frente a la COVID-19. Se ha acelerado la implantación del Smart Working y se han incrementado de manera exponencial el trabajo en remoto y la eficiencia en las reuniones, que són más ágiles, más compactas y más efectivas.

La mayoría de las empresas están analizando el impacto en su negocio y diseñando planes para afrontar tanto el momento presente como futuro. Los ERTE están a la orden del día y cuando consultamos los medios digitales nos causa tanta desazón la sección de sociedad como la de economía.

Líderes y equipos debemos lidiar con una situación desconocida hasta ahora, que conlleva trabajar bajo una presión inédita e implica, necesariamente, gestionar adecuadamente las emociones.

¿Cómo manejar emocionalmente esta crisis?

Si revisamos el gráfico que acompaña a este artículo, en estos momentos la mayoría de nosotros fluctuamos entre el miedo a ese futuro incierto, complejo e impredecible, y la aceptación de una nueva etapa a la que debemos adaptarnos. Cómo nos impacta la COVID-19 se dibuja, más que como una curva, como una montaña rusa: determinadas noticias o decisiones pueden hacernos descender desde la soleada cima de la aceptación hasta el  lóbrego valle del miedo.

En este contexto, comunicar desde la empatía para trasmitir tranquilidad es la mejor estrategia para mitigar la incertidumbre de los equipos y fomentar una actitud positiva.

El primer paso es tomar consciencia de la situación y valorar riesgos y oportunidades. El segundo, reforzar el papel de los líderes como garantes de la comunicación continuada y bidireccional y como estimuladores de la actividad. Y el tercero, promover el pensamiento positivo.

¿Qué debemos tener en cuenta al diseñar el plan de comunicación?

  1. Compartir a diario la información de forma transparente, sin alarmismo pero con claridad, y con optimismo respecto al futuro.
  2. Acompañar a los líderes y proporcionarles herramientas que faciliten la comunicación, la involucración y la gestión emocional de sus equipos.
  3. Dar las gracias y felicitar para fortalecer el orgullo de pertenencia.
  4. Proponer acciones de movilización que promuevan vivir juntos esta experiencia de manera lúdica a fin de preservar la cohesión de los equipos.

En definitiva: el plan de comunicación para la incertidumbre impulsará un cambio de actitud colectivo con el que se superará la etapa de bloqueo y se consolidará el compromiso con la organización.  

Prueba superada

Nuestra primera semana de teletrabajo ha sido una prueba para tod@s. La teoría nos la sabíamos al dedillo y quien más quien menos se había conectado ya en remoto –Erika, que vive en Argentina, es la reina de la colaboración virtual-, pero coordinarnos quince personas a diario a través de herramientas digitales era acceder a un nivel superior.

Como la cuenta de correo de Mostaza está vinculada a Gmail, decidimos utilizar Hangouts como plataforma para montar videorreuniones con nuestros clientes y comunicarnos entre nosotr@s. Poco a poco nos hemos ido animando y, además de participar en la reunión semanal a través del chat #mostazatrabajaencasa, hemos ido creando chats en paralelo, bien por proyectos o propuestas, bien por áreas, bien por afinidades personales. O sea, hemos ido construyendo nuestra propia comunidad en línea, tan necesaria como respirar: concentrad@s ante nuestros ordenadores, implicad@s al 100% en que el servicio sea el mismo de siempre, echamos de menos las confidencias, las risas compartidas o el abrazo de tu compi cuando siente que te hace falta.

Lo mejor de esta primera semana de teletrabajo es que hemos comprobado que, aunque parezca que estamos lejos, en realidad permanecemos muy cerca, bien priet@s en el cogollo mostacil. Cohesionados. Alineados. ¡Indestructibles!

#orgullodetrabajarenmostaza

#mostazatrabajaencasa

Suerte que ya habíamos preparado nuestro plan de contingencia y la declaración del estado de alarma no nos pilló por sorpresa.

El jueves por la tarde hicimos nuestra primera prueba de videorreunión –con algún que otro problemilla que iremos puliendo poco a poco- y el viernes Carme compartió con nosotros el protocolo que, desde hoy lunes, estamos implantando. Pase lo que pase, en Mostaza siempre contamos con un buen plan 😀

Esta mañana a primera hora hemos compartido virtualmente nuestras zonas de trabajo, algunas habilitadas desde hace ya tiempo, otras improvisadas, con los bártulos digitales de Mostaza, durante este fin de semana en que iniciamos nuestro necesario confinamiento domiciliario.

Nos esperan días imprevisibles, pero estamos más que dispuestos y preparados para ayudar a quienes lo necesiten en la comunicación a sus equipos y clientes: en un momento de incertidumbre como el que estamos viviendo, cada mensaje es esencial para que todo fluya de la mejor manera posible.

¡Nos vemos por Hangouts!

Grandes movilizadoras que nos inspiran

Aunque sus padres ya la habían apalabrado en matrimonio en una Edad Media bastante hostil con las mujeres, Juana de Arco tenía otros planes. Aquella rebelde niña campesina supo contagiar la fortaleza de sus convicciones a todo un ejército que compartió su propósito y le dio un vuelco a la Guerra de los 100 años.

Una mañana de diciembre de 1955, Rosa Parks se sentía muy cansada, no tanto físicamente -que también- como de ser tratada como una ciudadana de tercera. De modo que, cuando el conductor del autobús en el que se desplazaba la conminó a ceder su asiento a un pasajero caucásico, se negó –enough is enough, cantarían tres lustros más tarde Donna Summer y Barbra Streisand-. Y con esa exhibición de serena y firme asertividad, encendió una oleada de indignación que un año más tarde desembocaría en el fin de la segregación racial en los autobuses estadounidenses, la chispa que prendió la llama del movimiento pro derechos civiles.

Hastiada de que los adultos hicieran poco o nada para luchar contra la crisis climática, la adolescente Greta Thunberg decidió plantarse cada semana ante el parlamento sueco. La particular sentada que ella bautizó como Fridays for Future se desbordó en multitud de adhesiones y hoy por hoy cuenta con unos siete millones de seguidores en todo el mundo.

En Mostaza hoy hemos querido rendir nuestro particular homenaje a Juana, Rosa, Greta y a tantas otras mujeres anónimas que, desde su modesto día a día, no solo hacen que el mundo sea un poco mejor, sino que saben transmitir y expandir su potente energía transformadora

Feliz 8 de marzo a todas y todos.

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