¿Cómo puede beneficiar a una empresa el Transmedia y porqué?

Salir. Como los evangelistas. Salir de la iglesia. Divulgar el mensaje entre creyentes y no creyentes. Convertir a los escépticos en nuevos adeptos. Fidelizar a los visitantes ocasionales. Salir. Abandonar la comodidad del escondrijo de la oficina. Aumentar la distancia entre el monitor y nuestro cuerpo. Rotar la silla hacia atrás. Salir por la puerta y observar. ¿Qué tendencia cala hondo entre mis compañeros humanos y humanas y cómo lo hace? ¿Qué medios utiliza? ¿Qué tono, con qué frecuencia, y quién lo esponsoriza?.

Volvamos a las religiones. Aprendamos de sus estrategias. Contemplemos la belleza de la simplicidad en la proliferación de su mensaje, de la diversificación de la palabra en mil canales, de sus tácticas probadas y tan antiguamente modernas. Todo empieza con un Best-seller en papel (hoy disponible en digital). Estampas y cromos coleccionables. Colgantes y pendientes. Fondos de pantalla. Financiación de arte y pintura de artistas famosos sobre variaciones sobre el mensaje. Espacios privados de reunión, de entrada gratuita. Eventos semanales de meditación sobre el mensaje. Atención personalizada semanal, íntima y secreta. Hospitales. Programas educativos. Programas de rehabilitación. Eventos temáticos. Eventos lúdicos. Esponsorización de acontecimientos locales, regionales, nacionales e internacionales. Prensa escrita. Prensa digital. Películas temáticas. Esponsorización de  canales de radio, televisión y audiovisuales de temas afines. Concursos de poesía. Bibliotecas. Universidades. Museos. Hostales y albergues. Inmobiliarias. Banca. Programas políticos.

Y sigue.  No hace falta que lleguemos a tanto, ni mucho menos. Pero pensemos en lo que hay en el corazón de su estrategia. Un solo mensaje. Un coro de personajes. Un coro de prescriptores. Una legión de fans combatientes que discuten con los detractores (como mínimo).

Claro, el mensaje importa. Todo lo que queremos comunicar tiene que tener algún interés compartido con la persona o grupo de personas a quien queremos comunicar. Pero comunicar, amigos, ya no es suficiente. Comunicamos todo el día. Somos animales comunicantes.  En la susodicha era de la información, informar, sin más, no es suficiente. No lo es si quieres movilizar a tu target hacia tu producto. Al grupo, hacia tu idea. Si quieres captar la atención. Si quieres que te crean, que te sigan, que te compren, tendrás que trabajar más. Salir de las vías por las que circula tu locomotora y seguir a pié, si hace falta, hasta donde está el target. Estudiar lo qué hace, lo que dice que hace, lo que le gusta y lo que dice que le gusta (son siempre cosas distintas). ¿Dónde puedo coincidir con ellos? ¿En qué momento mi mensaje puede calar hondo? ¿En qué formato adapto mi mensaje para que les quede bien cuando se lo prueben? ¿Es verdad que ahora todo tiene que tener una función lúdica, una propuesta de ocio?

(Sigue en parte 3)