Hay quien dice que han llegado para quedarse. Otros, en cambio, creen que desaparecerán cuando puedan regresar los eventos presenciales, pero, sea como sea, están aquí y si algo nos ha enseñado esta pandemia es que no sabemos qué pasará mañana. Por tanto, centrémonos en el hoy.

A la hora de preparar un evento virtual, lo primero que nos preguntamos es si conseguiremos que los asistentes vivan la experiencia como lo hacen en un evento presencial. La respuesta es no. No van a vivir la misma experiencia, van a vivir otra que, aunque a priori nos parezca increíble, puede ser incluso más memorable que nada de lo que hayamos vivido antes. Pero, dudamos, ¿por qué? Es muy sencillo. No nos imaginamos lo que es un evento virtual. Tenemos en mente un webinar o una videollamada o, como mucho, una videoparty de las que se pusieron de moda a principios del confinamiento. Pero nada más lejos de la realidad.

Un evento virtual no puede ser eso. Igual que un evento presencial no es una reunión de trabajo. A través de la pantalla, podemos apelar a las emociones, jugar a sorprender, comunicar mensajes potentes, utilizar la tecnología para crear efectos WOW (¡muy WOW!). Es decir, lograr que los asistentes vivan una experiencia singular, que los mensajes se interioricen con dinámicas participativas, que haya interacción, etc. Pero para ello necesitamos sacarles de su día a día. Necesitamos huir de lo de siempre y crear, aunque suene ambicioso, un universo diferente.

Pero, ¿cómo? Aquí van algunos aspectos a tener en cuenta a la hora de diseñar un evento virtual:

Conocer qué tipos de eventos podemos realizar y cuál debemos escoger La tipología no se debe escoger por el precio, la originalidad o la facilidad de ejecución. Hay que elegir en función de lo que se quiere conseguir. En Mostaza Comunicación te proponemos tres grandes tipologías de evento digital: Home to Home, TV Set e Inmersión virtual.

Crear un relato inspirador

A las personas nos gustan las historias y si son buenas, mejor. Crear un hilo conductor a medida de lo que necesitamos comunicar hará que nuestro evento tenga un final feliz. Los buenos relatos solo conducen al mejor sabor de boca posible.

Grandes dosis de emoción

No es lo mismo compartir un power point que dinamizar unos contenidos y enriquecerlos para que cobren vida. En un evento no puedes dejar al público indiferente ni aburrirlo, tienes que apelar a sus emociones, hacerle partícipe de la historia, interesarlo…

Una buena puesta en escena

Distintas necesidades, preferencias, momentos y circunstancias exigen, sí o sí, diferentes formatos. Eso sí, todos ponen la tecnología al servicio de las ideas, y no al revés.

Una experiencia de principio a fin

Tanto los asistentes como los ponentes han de recordar para siempre lo que viven en ese evento, y deben recordarlo en positivo, por eso hay que acompañarlos, guiarles por las vicisitudes de la tecnología, hacer que su participación sea sencilla y que la experiencia se centre en lo que pasa en la pantalla, no en si entra o no una contraseña.

En definitiva, es el momento de repensar muchas cosas, también los eventos, y crear experiencias nuevas y transformadoras. Hay que jugar con los elementos de que disponemos y conseguir eventos aun más experienciales y participativos. Hay que imaginar sin límites y conseguir que lo que hemos concebido se haga realidad.