La cuarentena ha hecho que florezcan estados de ánimo que hasta ahora no eran muy comunes. Me siento como en una especie de montaña rusa, la mayoría de veces arriba, pero de vez en cuando de bajada, sobre todo los fines de semana, cuando uno está más ocioso y las paredes de casa se quedan pequeñas. Pero al mismo tiempo, esta cuarentena me ha hecho ver aquellos pequeños detalles o momentos a los que antes no prestaba tanta atención, pero que ahora veo su gran valor; un paseo por el barrio Gótico, el puerto, montar en bicicleta, escuchar músicos callejeros o disfrutar de una cerveza en una terraza con tus amigos. En resumen, me siento agradecida de la vida que hasta ahora he podido llevar y que tras esta cuarentena voy a empezar a apreciar más.
Paula