Crónica de un evento transoceánico
Teníamos ya todo a punto para el evento que íbamos a organizar en México cuando la pandemia nos obligó a cambiar de planes. Cual veleta de Mary Poppins, nos adaptamos a las volátiles circunstancias y mutamos de presencial a virtual, de mayo a julio, ¡alehop!
Como los ponentes también participan desde sus hogares, nos preparamos para un evento Home to Home: diseñamos los fondos de pantalla para armonizar sus apariciones y creamos unas cortinillas y unos vídeos muy cinematográficos aprovechando que toda la gráfica ha de ser, sí o sí, digital. ¡Cómo mola!
El día previo al evento, después de más de cuatro meses sin vernos en vivo y en directo y de encadenar videorreuniones sinfín, quienes formamos parte del equipo del proyecto nos reunimos en Mostaza. Txell lo ha dejado todo a punto para cumplir escrupulosamente con el protocolo de seguridad.
– Lo que más me gusta es el cartel Evita aglomeraciones de los lavabos, ¡con la de fiestas que montábamos allí!
– Pues a mí me flipa vernos a todos en 3D, ¡como si fuésemos avatares de nosotros mismos
– ¡El café sabe a rayos! Así no se puede trabajar.
– Es que te lo has preparado con el que estaba en la máquina desde el 13 de marzo, lo mismo había criado gorgojos.
– ¡Puaj!
– Jajajaja, que no, que es broma…
En el último ensayo surgen algunas incidencias que corregimos para que no se repitan el Día S de Sigma, nuestro querido cliente mexicano. Cristina prepara una minuciosa escaleta para que todo fluya y esté bajo control (por si todavía no lo sabíais: nuestra Cris es muy crack).
Por fin llegó la hora de la verdad, ¡qué nervios! Nos separan de México siete horas de diferencia, pero nos unen, además de la imprescindible tecnología digital, la buena sintonía y, lo más importante, el entusiasmo y la entrega, ¡a tope con el evento virtual!
Con nuestras mascarillas reglamentarias corporativas -¡gracias, Txell!- parecemos un comando de desinfección. Carme, Heidi y Cristina, cual controladoras aéreas, comprueban que cada pieza y a cada intervención vayan entrando según lo previsto. Iban observa cómo se va desarrollando todo a través de dos pantallas, la de los ponentes y la de los asistentes: hay que verificar tanto las conexiones de quienes hablan como la experiencia de quienes escuchan. Y no solo eso, el público también interviene: la dinamización a través de la aplicación es un éxito total y la participación supera nuestras más optimistas expectativas.
Yo, que lo observo todo desde la retaguardia, solo puedo congratularme con el resultado obtenido. Me emociono con los vídeos que hemos creado para envolver la reunión, me divierto con la evolución de los gráficos fruto de la interacción y me admiro con ese discurso tan bien hilado. Qué suerte contar con clientes con ese grado de confianza en nuestro trabajo. Y cuán afortunada me siento de poder colaborar con grandes profesionales que son, por encima de todo, grandes personas.
#orgullodetrabajarenmostaza
Helena Sanz
Sant Jordi 2020
¡Aquí hemos venido todos a hablar de nuestro libro!
Confinad@s
Nuestros primeros 14 días de confinamiento