5 consejos para evitar la infoxicación en tu empresa
¡Nadie lee mis newsletters!
La comunicación interna siempre ha sido una herramienta poderosa para las compañías que desean informar a sus empleados y lograr la máxima motivación de sus equipos. Durante la pandemia, con personas trabajando en remoto, se hizo aún más relevante la importancia de transmitir los mensajes adecuados en el momento correcto para tranquilizar a todas las personas y transmitirles que la empresa estaba a su lado.
La pandemia ha propiciado que los canales de comunicación online (newsletters, comunidades internas, apps sociales, etc.) se hayan convertido en los preferidos por las compañías, en gran parte por su posibilidad de impactar con la misma intensidad a personas que trabajan desde la oficina y a aquellas que lo hacen en remoto.
Si bien es cierto que durante ese periodo los impactos de comunicación interna intensificaron su volumen, pues intentaban suplir las conversaciones de pasillo o las charlas en las zonas comunes de la oficina, la realidad es que seguir con la misma estrategia ahora es un error, y solo logrará saturar a nuestros equipos, la temida infoxicación, y que no retengan nada.
A este problema se le suma el gran número de canales que las empresas han incorporado a su día a día, una multicanalidad que en vez de ser positiva solo lleva a que los equipos no presten atención a las informaciones.
Si quieres que tu comunicación interna sea realmente relevante para tus empleados, te compartimos 5 consejos que te ayudarán a lograrlo:
1. Escoge las mejores herramientas para tu organización.
Cada organización tiene sus propias particularidades, por eso es importante escoger las herramientas que mejor van a adaptarse a la cultura y filosofía de tu empresa. Si bien es cierto que durante la pandemia muchas organizaciones han probado nuevos canales para comunicarse con sus equipos, no todos se utilizan de la misma manera ni cuentan con las mismas funcionalidades. El éxito aquí radica en saber escoger los mejores y, sobre todo, formar a tu equipo para que se sienta cómodo a la hora de utilizarlos.
2. No repliques los mismos mensajes.
En multitud de ocasiones cometemos el error de replicar el mismo mensaje por todos los canales de comunicación que tenemos, en un claro afán por llegar a todos de la manera más rápida posible. Aunque puede parecer correcto, es totalmente contraproducente, y lleva rápidamente a que los empleados puedan pensar que para qué consultar todos los canales de comunicación si la información es la misma. Lo importante aquí es decidir qué temas y mensajes van a tratarse en qué canales, y ceñirse a esa estrategia lo máximo posible. De este modo nos aseguramos de que la información recibida siempre sea la esperada.
3. Prioriza el formato vídeo y audio frente al texto.
Piénsalo: cada día recibes mil correos, newsletters que acaban en la papelera, informes que no tienes tiempo de consultar, etc. El formato texto está por todas partes y eso lo convierte en poco atractivo. Es por eso que para diferenciar tus comunicaciones de otros impactos que reciban tus empleados es importante que intentes innovar y priorizar formatos como el vídeo o el audio. Ambos son mucho más notorios y generan mucho más interés que el texto.
4. Fomenta la bidireccionalidad de la comunicación.
Muchas veces los planes de comunicación de las compañías están centrados en informar de una larga lista de temas, novedades, iniciativas, nuevas incorporaciones, lanzamientos, etc. Y en toda esa vorágine de información que debemos trasladar a los empleados, nos olvidamos de lo más importante: hacerles partícipes a ellos también. Siempre que puedas, incluye en tus impactos una llamada a la acción. Pregúntales qué piensan, lánzales una encuesta, rétales a subir una foto o un vídeo, todo lo que genere participación es mucho más motivador que simplemente ser un receptor de información. Además, incluir estas dinámicas aumenta el orgullo de pertenencia porque transmite el mensaje de que la empresa está aquí para escucharte.
5. No impactes demasiadas veces en tu audiencia.
Comunicar poco puede ser un problema, pero comunicar de más también es un error. Es importante reflexionar acerca de qué temas son importantes para nuestros empleados y cuáles no lo son. A partir de ahí, decidir el mejor momento para comunicar es imprescindible para que nuestros impactos sean bien recibidos y cubramos la necesidad de información que tengan nuestros equipos.
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