Los equipos en la “nueva normalidad”

Desde el pasado mes de marzo ya no vivimos en el mundo que conocíamos. La manera con que nos desenvolvemos ha dado un giro de 180 grados y el significado de vivir la “nueva normalidad” no es otro que el de readaptarnos y aclimatarnos a este extraño escenario.

Esto implica convivir con un clima de incertidumbre, sin olvidar que todos arrastramos nuestros particulares recuerdos de la pandemia. Nos encontramos, por tanto, con equipos más diversos que nunca, desconcertados, desmotivados, en algunas empresas físicamente alejados y con importantes carencias en términos de comunicación. Los equipos necesitan reencontrarse, fortalecer los vínculos que los unen y recorrer juntos este insólito camino.

Premisas para diseñar un team building

 Existen en el mercado una amplia variedad de actividades de team building adaptadas a la nueva realidad que ofrecen interesantes alternativas online. El problema es elegir cuál es la más indicada para nuestros equipos y, sobre todo, personalizarla y hacer de ella una herramienta de cohesión para esta nueva realidad. No basta con virtualizar la actividad, hay que adaptarla a cómo somos ahora, cómo nos sentimos y cuáles son nuestras necesidades y las de nuestra empresa.

¿Cómo elegimos entonces?

Lo primero que hay que hacer es acotar el objetivo que se persigue, eso nos ayudará a diseñar una experiencia relevante y eficaz y a elegir las actividades más idóneas. Como las personas, los equipos experimentan diferentes momentos y debemos saber cuál es el objetivo prioritario de la organización. Promover la cohesión, la motivación o la empatía, potenciar el trabajo en equipo, frenar resistencias, favorecer cambios, reforzar liderazgos, facilitar la comunicación…

También hay que conocer la idiosincrasia del equipo, desde su estado emocional hasta sus características generales (edades, perfiles, manejo y acceso tecnológico, etc.). Esto nos ayuda no solo a elegir la actividad más adecuada, sino también a saber qué tipo de comunicación hay que establecer con ellos, en qué aspectos hay que hacer más hincapié, etc. Por ejemplo, si nos encontramos con un equipo de silvers y queremos desarrollar una actividad virtual, hay que prever sus miedos y resistencias. El hecho de que los más jóvenes les ayuden o que puedan familiarizarse previamente a través de una prueba hará que se sientan acompañados y que su experiencia sea agradable de principio a fin.

Los datos básicos de la logística -número de personas, duración de evento, si es físico o virtual, síncrono o asíncrono, etc.- delimitan el tipo de acción a desarrollar.

Otra de las prácticas que suelen funcionar bien es dotar al team building de un storytelling para que les acompañe de principio a fin. Ayuda a generar engagement y a transportar a los equipos a un universo paralelo donde podrán vivir una historia memorable, ¡la suya!

Y si el team building es virtual, hay que tener muy en cuenta la tecnología y elegir plataformas que funcionen, que hayan sido probadas y que nos permitan utilizar de manera fácil e intuitiva diferentes funcionalidades. Además, deben tener soporte técnico y emocional para que sea una excelente experiencia para todos.

En resumen: es el momento de cuidar a nuestros equipos y crear con ellos nuevos vínculos, anclar su orgullo de pertenencia y mantenerlos conectados y atentos para que sean capaces de enfrentar los nuevos tiempos. Los team buildings son una buena herramienta para conseguirlo, pero, para ello, no todo vale. Hay que conjugar los elementos clave, la tecnología y las emociones y hacer que nuestros equipos vivan experiencias participativas y memorables.

¿Te ayudamos a encontrar el team building ideal para tu equipo?

Contacta con nosotros