¿Por qué medir el éxito de tu comunicación interna?

Aunque pueda parecer obvio, y no solo para quienes nos dedicamos a comunicación, que invertir en comunicación interna aporta numerosas ventajas a las organizaciones -como crear visión compartida del propósito y la estrategia, acelerar los procesos de cambio o transformación, reforzar la cultura empresarial, aumentar la participación y la motivación de la plantilla, incrementar el orgullo de pertenencia o atraer y retener talento-, su impacto no siempre es fácil de evaluar y aún menos de traducir en términos monetarios. ¿Cómo evaluar, por ejemplo, el orgullo de pertenencia o el fortalecimiento de la cultura de empresa?

Si bien no todas las organizaciones miden la efectividad y el impacto que genera su comunicación interna, existen métodos y técnicas que nos permiten hacerlo. Instaurar un modelo de medición en nuestra empresa es clave no solo porque lo que no se mide no se puede mejorar, sino porque, para conseguir la aprobación de presupuestos e inversiones que mejoren la comunicación interna, es importante demostrar que estamos teniendo retorno también a nivel económico.

¿Qué medimos realmente en comunicación interna?

Lo que se mide va a depender de cada organización. Para algunas de ellas un impacto medible y tangible en los objetivos estratégicos incluye el índice de rotación, el compromiso de las personas, los índices de productividad…. Sin embargo, esto puede variar en función del tamaño de la organización y de su nivel de madurez en términos de comunicación.

Con el objetivo de aportar luz en este asunto, el CIPR (Chartered Institute of Public Relations) y el Institute of Internal Comunicaciones presentaron en 2019 una matriz de medición para la comunicación basada en siete ámbitos que nos permite desarrollar una auditoría exhaustiva del estado de nuestra comunicación interna:

  1. Canales existentes. ¿Qué canales de comunicación estás utilizando y cuáles están funcionando? ¿Son o no son apropiados para el contenido publicado? ¿A cuántas personas se envían los comunicados por los diferentes canales? ¿Hay algún grupo o audiencia que se está quedando fuera?
  2. Conversaciones. ¿Las personas se comunican de manera eficaz? ¿Cómo comunican líderes, directiv@s, mandos intermedios, compañer@s, de manera formal e informal? ¿Con qué frecuencia se comunican entre colaboradores y colaboradoras de acuerdo con sus funciones, responsabilidades y nivel jerárquico?
  3. Voz. ¿Hay espacios y momentos adecuados para que la gente pueda opinar? ¿Se proporcionan respuestas a comentarios y sugerencias? ¿Con qué frecuencia? ¿Con qué nivel de calidad?
  4. Contenidos publicados. ¿L@s emplead@s obtienen la información que quieren y necesitan a partir del contenido publicado? ¿Con qué frecuencia y con qué detalle se proporciona la información requerida por la plantilla? ¿Los contenidos se actualizan con la frecuencia requerida? ¿Y son los mismos para todas las audiencias? ¿Qué se recuerda de ellos por canal? Haz un análisis de los contenidos y determina cuáles generan mayor atención y retención.
  5. Sentimiento. ¿Qué piensan y sienten l@s emplead@s sobre la organización? ¿La comunicación está ayudando a aumentar el compromiso laboral? ¿Se confía en líderes y gerentes? ¿La gente se identifica con la estrategia y los valores organizacionales? ¿Tienen la camiseta puesta? Valora la comprensión y la confianza en las estrategias y planes, así como el nivel de apoyo organizacional percibido.
  6. Comportamiento. ¿El comportamiento de la plantilla ha sido influenciado por la comunicación? ¿Cómo ha incidido en sus decisiones o comportamientos? ¿Están trabajando de forma más segura y hablando de manera mejor informada con sus clientes intern@s y extern@s? ¿Por qué cambió algún comportamiento y qué influyó en la decisión de algún cambio de conducta?
  7. Retorno de inversión o ROI (Return Of Investment). ¿Se han identificado los beneficios? ¿Puedes aislar otros factores que afecten el retorno financiero? ¿Se obtuvieron los beneficios? ¿Se tiene identificado la inversión en tiempo y recursos?

¿Cómo obtener el ROI en la comunicación interna?

El retorno de la inversión es el valor económico generado como resultado de la ejecución de una campaña o estrategia de comunicación interna. El ROI se calcula con una fórmula muy sencilla ROI = [ (Beneficio – Inversión) / Inversión ] x 100. Si es positivo, significa que la actividad de comunicación desarrollada ha sido rentable para la organización.

Este cálculo no siempre es sencillo de realizar ya que la comunicación interna, igual que otras actividades de otras áreas de soporte, no tiene un impacto económico directo en la organización, a diferencia de otras áreas núcleo del negocio. Por ello, para determinar el impacto debemos considerarlo desde una visión más holística, en interacción con los ámbitos de negocio en los que influye.

Y esto es factible hacerlo cuando ponemos la comunicación interna al servicio de retos de negocio concretos, a partir del análisis de riesgos o de procesos de transformación que implican importantes inversiones y que requieren cambios en los comportamientos de nuestros equipos para obtener resultados.

Por ejemplo, imaginemos que una empresa de venta de seguros líder del mercado lleva un tiempo perdiendo cuota a favor de otros competidores. La dirección decide poner en marcha un plan cuyo objetivo es retener la fuga de clientes y recuperar clientes perdid@s con una nueva propuesta comercial. Para ello necesita que los perfiles de atención a cliente, más de 4000 emplead@s, interioricen un nuevo modelo de atención. Se decide poner en marcha un plan de comunicación interna para trasladar esta nueva estrategia a los equipos comerciales. Si la campaña tiene éxito en sus objetivos, consigue que los mensajes calen en los equipos y no solo evita que la empresa continúe perdiendo clientes, sino que además facilita que consiga recuperarl@s, al final del período podremos calcular el ROI, restando del coste de la inversión de la campaña de comunicación el beneficio obtenido por las cuotas de los clientes retenid@s y recuperad@s.

O imaginemos que nuestra empresa necesita incrementar la adopción de una determinada tecnología, que ha supuesto una gran inversión, para conseguir capturar más valor de cliente, o bien llevamos a cabo una campaña para reducir los accidentes laborales cuyo impacto en la productividad de nuestra empresa es elevado. 

Para poder establecer esta relación, es importante entender que la comunicación interna es una actividad transversal a los procesos de la empresa y hay que ponerla al servicio de las áreas de negocio para proponer soluciones que aporten valor al negocio de forma clara.

En Mostaza siempre incluimos la medición en nuestros planes, ¿te ayudamos a incorporarla en los tuyos?

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¿Cómo implicar a los empleados en la comunicación interna?

A tod@s nos pasa. Tenemos grandes ideas e iniciativas de comunicación interna que lanzamos a nuestros equipos con la mayor de las ilusiones, esperando que les encanten y participen, pero, muchas veces, no logramos la respuesta esperada. ¿Por qué? ¿Cómo podemos implicar realmente a los empleados en la comunicación interna?

¿Por qué involucrar a nuestros empleados en comunicación interna?

La comunicación interna es clave en una organización para informar a nuestros equipos de las novedades, sensibilizar acerca de la cultura y los valores de la compañía, aumentar su orgullo de pertenencia, agradecer su compromiso con el proyecto, etc. Al conseguir que nuestros equipos se sientan motivados y felices también favorecemos a su eficiencia y productividad en su día a día en la organización.

Una buena estrategia de comunicación interna no solo logra motivar a los empleados, sino que debe aspirar a lograr que el equipo comprenda la cultura, los valores y el propósito de la compañía, lo viva y lo aplique en su día a día en la organización, haciéndolo suyo.

Principal error en comunicación interna

El principal error que se comete en comunicación interna es comunicar tan solo de arriba hacia abajo, es decir, utilizando las herramientas de comunicación solo para que la compañía se exprese de manera vertical: la organización transmite mensajes hacia los empleados.

Así, para que la comunicación interna sea efectiva, no puede ni debe tan solo ser emitida por le organización, si no favorecer la participación de todos los empleados e incitarles a contribuir en ella. Pero, ¿cómo hacerlo?

Pasos para involucrar al empleado en la comunicación interna

1

Sensiblidad de los líderes respecto a la comunicación interna

El primer paso es que los líderes otorguen la importancia que la comunicación interna merece. A menudo las estrategias de comunicación interna pasan a un segundo plano en cuanto a relevancia en las prioridades de los líderes, y se trata de un error.

Esto suele suceder porque muy frecuentemente los líderes tienen miedo a iniciar debates con sus empleados, a perder autoridad frente a sus equipos, etc. Los líderes deben comprender la relevancia de la comunicación interna y realmente estar abiertos a impulsar iniciativas y sobre todo escuchar activamente a sus equipos.

Solo si conseguimos que los líderes reconozcan que la comunicación interna es clave podresmo desarrollarla de manera efectiva

2

Empoderamiento y confianza a los empleados

Solo los equipos empoderados se atreverán a expresar de manera abierta sus opiniones sobre la compañía y a participar abiertamente en las iniciativas de comunicación interna. Esto pasa porque los empleados perciban que sus aportaciones, aunque no siempre sean benevolentes con la compañía, no van a tener consecuencias negativas en su puesto de trabajo ni en su día a día con sus superiores.

3

Dinámicas de comunicación interna con recompensas y gamificación

Lanzar iniciativas internas que recompensen y reconozcan a los empleados por su participación siempre es una fantástica opción para maximizar su interacción. Por ejemplo, generar sorteos o repartir obsequios entre todos los que respondan a una dinámica o encuesta interna.

Incluir iniciativas de gamificación también incrementa exponencialmente la participación de los empleados. Algunas ideas son concursos, quizes, retos y otorgar puntos a los participantes para luego crear rankings en los que puedan competir de manera sana con sus compañeros, anima a nuestros empleados a participar, a la vez que les divierte.

4

Escoger los mejores canales de comunicación interna

Existen multitud de canales de comunicación interna a disposición de las compañías: intranets, mailing, redes sociales internas, reuniones virtuales o presenciales. La clave está en selección el mix perfecto de canales para nuestros empleados. Una idea para escogerlo es preguntar abiertamente a nuestros equipos, y así empezamos a involucrarles desde el principio.

Además, es importante que no repliquemos el mismo mensaje en cada uno de ellos, si no que adaptemos cada mensaje al formato idóneo y seleccionemos el mejor canal para cada dinámica que queramos lanzar. Así, en los canales que nos permitan interacción, es ideal lanzar dinámicas participativas, retos o concursos, y en canales más unidireccionales, como el correo electrónico, apostar por mensajes más informativos.

Sacar el máximo potencial a cada canal es clave.

5

Menos es más en comunicación interna

Tal y como comentábamos en uno de nuestros artículos del blog, la infoxicación es una realidad que afecta a muchas compañías, y que consiste en abrumar a nuestros empleados con demasiados comunicados e iniciativas. Una buena estrategia de comunicación interna pasa por seleccionar qué comunicar y qué no, con el objetivo de no generar rechazo entre nuestros equipos.

En Mostaza somos expertos en idear estrategias de comunicación interna que realmente impliquen a tus empleados. ¿Charlamos?

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La importancia del wellbeing corporativo

El jueves 28 de abril fue el Día Mundial de la Salud, una fecha que, tras el contexto en el que vivimos desde 2020, ha cobrado más importancia entre las personas y las organizaciones.

Las empresas son conscientes de la necesidad y relevancia que tiene que sus emplead@s gocen de buena salud, tanto física como emocional, para mantener sus niveles de motivación y compromiso con la empresa y, en consecuencia, su productividad. Y es que no es para restarle importancia: según un estudio de la aseguradora Cigna, el 45% de l@os emplead@s sufre estrés laboral. Este informe también destaca que 7 de cada 10 profesionales no desconectan de sus obligaciones profesionales a causa del teletrabajo.

Una de las consecuencias que provoca esta situación es lo que se conoce como burnout, en español desgaste profesional. Éste se manifiesta a través de un estado de agotamiento físico y mental de l@s emplead@s que, a la larga, acaba minando su autoestima y su motivación. Para combatirlo, las organizaciones integran cada vez más en sus programas de emplead@ acciones para evitar estas consecuencias no deseadas y lograr el bienestar corporativo, lo que se conoce como wellbeing.

¿Qué es el wellbeing?

Hasta hace poco este término apenas era usado, ya que entraba dentro del concepto del wellness, creado en la década de los 50 para denominar el bienestar físico del personal. Sin embargo, con el paso de los años, el bienestar físico empezó a dejar paso al bienestar psicológico, wellbeing, hasta situarse hoy en día en el mismo nivel de relevancia, tanto para personas como para organizaciones.

¿En qué consiste un programa de wellbeing?

Para que un programa de wellbeing funcione ha de cubrir diferentes facetas de l@s emplead@s. A continuación compartimos algunas propuestas para configurarlo:

Trabajar desde casa

Modelo de trabajo híbrido

El teletrabajo ha permitido a muchas familias conciliar sus obligaciones personales y profesionales, por lo que no es de extrañar que, cada vez más, l@s profesionales busquen empresas que les permitan adherirse a un modelo que combine la presencialidad con el trabajo en remoto, lo que les facilita mantener el equilibrio entre ambas balanzas tan importantes.

Padre e hija al cole

Horarios de trabajo flexibles

Estas acciones cada vez son más comunes entre las empresas que prefieren dotar a sus empleados de mayor flexibilidad de entrada y salida a sus puestos de trabajo. ¿Llevar a l@os niñ@s al cole? ¿Recogerl@s? ¿Acompañar a rehabilitación a un familiar dependiente? Hoy en día es una práctica habitual que las empresas tienen integrada y ayuda a l@s profesionales en su conciliación laboral.

Salud física

El sedentarismo nunca amenazó tanto a nuestro día a día como estos últimos años. El teletrabajo proporciona interesantes ventajas, pero también conlleva algunos inconvenientes, como es la falta de movimiento al reducir los desplazamientos. Sin embargo, muchas empresas se han dado cuenta de la importancia que tiene que sus profesionales gocen de buena salud física, y muchas de ellas han decidido poner a su disposición clases de fitness, como yoga, pilates o zumba, para quien lo desee.

Tomates

Salud nutricional

El boom del real food hace tiempo que comenzó y cada vez es más frecuente que las organizaciones se hagan eco de esta tendencia tan saludable y distribuyan tentempiés sanos, como piezas de fruta o zumos naturales, en sustitución de los snacks más habituales hasta hace muy poco, como bollería industrial o bebidas azucaradas.

Teambuildings y actividades lúdicas

La programación de estas actividades suele desarrollarse para fomentar el compromiso entre emplead@s y aumentar la motivación entre l@s participantes. ¡Un poco de diversión y colaboración en equipo mejorará notablemente el buen clima laboral!

Formaciones

Ya sea de manera presencial u online, es imprescindible concienciar a l@s emplead@s de manera regular de la importancia del wellbeing, así como ayudarles a gestionar el estrés, a través de charlas, normalmente en horario laboral, que les puedan servir de apoyo en su día a día. El contar con ponentes extern@s que sean expert@s en esa materia concreta puede resultar de gran ayuda para sensibilizar a l@s profesionales y darles tips concretos.

Hablando con el responsable en la oficina

Conversaciones con la persona responsable

Es aconsejable que se implante un modelo de charlas cercanas y personales entre cada profesional y su responsable direct@, en las que puedan intercambiar estados de ánimo y manifestar las preocupaciones que se sientan en ese momento. De esta forma se pueden identificar a tiempo estados emocionales negativos y trabajar con una persona especialista para mejorarlos. Además, esto ayudará a incrementar el nivel de confianza y valoración de l@s emplead@s hacia a la organización.

Estos programas, además de tener un beneficio directo sobre la salud de l@s profesionales, también enfatizarán y potenciarán los valores y prioridades de la compañía. Cuando las empresas logran garantizar a su plantilla un buen nivel de bienestar físico y emocional, una de las consecuencias más relevantes es la retención del talento.

Si necesitas ayuda en tu organización para implantar y comunicar programas de wellbeing, ¡no lo dudes y contacta con nosotr@s!

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Las cinco C de la comunicación para la transformación

Tal y como reflexionábamos en nuestro anterior artículo, cuando nos enfrentamos a un proceso de cambio en una organización es necesaria una comunicación efectiva para que nuestros equipos se comprometan. A pesar de su importancia, la realidad es que elaborar planes de comunicación para la transformación es complejo, pero resulta mucho más simple cuando aplicas una metodología. Y esto es lo que hemos hecho en Mostaza: crear un esquema de comunicación básico a partir de cinco grandes conceptos que nos ayudan a alcanzar la meta. Son nuestras cinco ces.

Comprender

En primer lugar -aunque parezca obvio, no lo es tanto-, hay que comprender. Comprender el grado de complejidad de la transformación en la que está inmersa la compañía o el departamento que necesita incorporar los cambios. Entender si se trata de una evolución, transformación o mutación del negocio o la organización. Y tener muy presente que esto no pasa de manera uniforme ni afecta por igual a todas las personas: podemos tener colectivos a los que la transformación prácticamente ni les afecte, otros a los que les exija cambios en la manera de desarrollar su trabajo y otros a quienes les implique un cambio mucho más profundo, que afecte a su propia razón de ser.

Cocrear

Es importante tener una foto clara de cómo va a afectar la trasformación a cada colectivo, comprender su papel en la misma y entender sus barreras y aquello que les mueve para poder cocrear, con los equipos de comunicación y los responsables de transformación, un plan capaz de activar y movilizar hacia el cambio. 

Conmover

La esencia del plan es construir un relato capaz de conmover, de crear y promover el deseo de transformarse para aunar a empleados y empresa en un propósito común. Y esto es clave porque, si hay algo que ya sabemos todos a estas alturas, es que los procesos de trasformación que no llegan a materializarse, o que lo hacen a un ritmo demasiado lento, son aquellos que no cuentan con el compromiso de los empleados porque no han conseguido conmoverlos.

Conversar

Debemos ser capaces de crear deseo y necesidad de cambio y para ello, además del relato de la transformación, necesitamos conversar, generar los espacios que permitan entender los por qué y los para qué de la transformación. No se trata de lanzar una comunicación o crear un gran evento para explicar la necesidad de cambio, sino de ir poniendo de manifiesto los hitos conseguidos, las mejoras producidas, incluso los giros que vaya dando la transformación.

Comunicar la transformación no es cosa de un día. Hay que escuchar lo que nos dicen y conversar con los empleados para que entiendan la necesidad de cambio, pero también para aprender. Por eso somos muy fans de las reuniones, de las comunidades y RRSS internas, de los eventos interactivos… Fans de promover la conversación.8

Contagiar

Porque tenemos la necesidad ineludible de contagiar. El cambio es exponencial y es necesario amplificar los mensajes, extenderlos para que todos los profesionales los interioricen, los entiendan y nos ayuden a impulsar el cambio, tanto dentro como fuera de la organización.

Cuando ellos contagian, es que nos han comprado el mensaje y hemos conseguido su compromiso.

Porque la transformación empieza por cómo se cuenta, pero crece según se entiende y se expande según se siente.

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Un propósito compartido, clave para el éxito

Cada vez más, la motivación de los profesionales y su compromiso para con la empresa van más allá de los motivos económicos. A día de hoy, las personas buscamos invertir nuestro tiempo y esfuerzo en una empresa cuyo propósito conocemos y compartimos; sin embargo, en la práctica no siempre se da este caso. Según una investigación realizada por Harvard Business Review hecha a directivos de diferentes ámbitos, solo el 38% confirmaron que sus empleados conocían y entendían el propósito de la organización.

Estos datos son alarmantes si consideramos que casi el 90% de los entrevistados confirmó que un fuerte sentido de propósito colectivo puede aumentar la satisfacción de los empleados y, en consecuencia, redundar en su compromiso con el proyecto empresarial. Resultados obtenidos tras las encuestas realizadas por Gallup sacaban a la luz que el 70% de los empleados no se sentía involucrado o comprometido con su trabajo.

Estos datos nos llevan a hacerlos la pregunta ¿por qué?, ¿qué causas son las que nos están aportando estos indicadores?

La primera respuesta que nos viene a la mente es el proceso de comunicación que se realiza desde la dirección de la organización hacia todos y cada uno de los miembros del equipo. Es importante que esta cadena de información se realice ad hoc a cada colectivo y de manera periódica, tanto a nivel interno como externo, para atraer talento alineado con nuestro propósito y nuestros valores.

Además, tal como destaca la revista Harvard Deusto, es importante que el propósito y su comunicación siga la regla de las tres pes, plausible, permanente y práctico, para lograr el compromiso de los profesionales en el tiempo.

Plausible

Es importante que seamos realistas, que profesionales y direcciones sientan que el propósito es alcanzable con trabajo diario y puedan ver que el resultado de su esfuerzo se plasma en la sociedad y el entorno. Por el contrario, si aspiramos a un propósito idealizado, es posible que se logre el efecto contrario entre los trabajadores.

Permanente

Para que el propósito cale, ha de estar en la estructura de la organización, debe estar presente en el día a día de los trabajadores. No se trata de hacer acciones puntuales que trabajen o potencien esta parte, sino incorporar las formas de trabajo necesarias en nuestro día a día que logrará alcanzar el propósito. Es decir, nuestro storytelling debe estar alineado con nuestro storydoing.

Práctico

Los profesionales que conforman la organización han de saber hacia dónde se quiere ir y entender qué es lo que deben hacer para lograrlo.

Si logramos trabajar el propósito desde estas tres palancas, lograremos que los profesionales de la organización aumenten su motivación y compromiso para con la organización a largo plazo.

Si necesitas movilizar a tu equipo hacia el propósito de tu compañía e incrementar su compromiso estaremos encantados de ayudarte. ¿Hablamos?

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El valor de la comunicación en la internacionalización

El reto de la internacionalización es uno de los hitos clave en el crecimiento de muchas empresas, productos o servicios de marcas icónicas en nuestro mercado que buscan abrir mercado más allá de nuestras fronteras. La aventura no siempre resulta fácil de abordar y, en el mejor de los casos, cuesta generar sinergias y trasladar la manera de hacer que nos caracteriza a los nuevos mercados. El proceso acaba siendo más lento de lo previsto y acabamos dejando mucha energía y recursos en un viaje que no siempre resulta exitoso.

Internacionalizarse implica transformarse en muchos sentidos y el cómo abordamos la comunicación es clave para conseguir que se haga efectiva de manera más rápida y con el mínimo de perdidas económicas y emocionales posibles.

Modelo de comunicación para la internacionalización

Cada compañía debe establecer su propio modelo de comunicación, en función de su estructura organizativa y necesidades de negocio. Un modelo que debe ser práctico y escalable. No se puede hacer todo de golpe: hay que establecer prioridades con una visión de corto, medio y largo plazo. Cada fase tendrá un objetivo concreto.

Sin embargo, hay dos elementos que todas las empresas en proceso de internacionalización deben tener en cuenta en sus planes de comunicación.

El primero de ellos es definir un discurso corporativo que sea global para toda la compañía, pero que respete la idiosincrasia de los trabajadores de cada lugar. Hay que conseguir que todos se aúnen bajo un mismo propósito. Todas y cada una de las personas que integran unaorganización deben entender y participar en el cambio. Esto requiere no solo contar con una cultura corporativa clara y alineada, sino también con la capacidad de extenderla a los nuevos mercados y a todos los rincones de la organización.

El segundo es que hay que crear canales de comunicación que faciliten la interacción entre los equipos. Canales que sean multiidiomáticos, multiculturales, asíncronos y síncronos (por temas horarios). Hay que entender que internacionalización no es solo un asunto geográfico, es una actitud. Las plataformas y canales digitales deben ser su principal aliado. Utilicemos todo su potencial a la hora de escuchar, monitorizar, mostrar, dialogar…

Planes de comunicación para la internacionalización

De estos dos grandes retos se deriva la necesidad de hacer un plan a largo plazo que nos permita que este discurso vaya calando en nuestros trabajadores, de manera que ellos no solo conozcan el cambio, sino que además lo asuman como propio y se comprometan con él. Hay que informar de los hitos alcanzados y de los que no, asumir errores y motivar, solo así conseguiremos que la internacionalización sea un éxito y que nuestra empresa aproveche al máximo su potencial, tanto el general como el local.

Es decir, el presupuesto dedicado a comunicación en procesos de internacionalización debería ser considerado como una inversión y no como un gasto. Cada euro invertido tiene su retorno en términos emocionales y económicos y se refleja de manera evidente e incluso medible en la productividad.

 

La transformación empieza por cómo se cuenta

La importancia del relato para impulsar el cambio en tu organización

La mayoría de la gente, cuando escucha el término transformación, enseguida piensa en herramientas digitales, algoritmos, electromovilidad, robótica, blockchain, nanotecnología, 5G… O tal vez en desglobalización, futuro líquido, movimientos corporativos u organigramas mutantes. ¡Cuán maravillosa es la subjetividad humana!

Sin embargo, como suele suceder en esta era antropocéntrica, en cualquier proceso de cambio, lo que verdaderamente importa son las personas. Y sobre todo, cómo se lo toman: lo más relevante es, justamente, lograr que quienes están involucrad@s en él no solo se sumen con entusiasmo, sino que además se conviertan en sus fans más incondicionales. Ahí es donde cobra especial importancia el relato, un hilo narrativo que, más allá de argumentar y convencer -que también-, sea capaz de seducir y enamorar. Por supuesto, a través de la emoción.

Para persuadir y fascinar hay que urdir un relato envolvente, reconfortante, ¡ilusionante! Para dar velocidad, desactivar barreras y movilizar, las personas que han de vivir e impulsar la transformación deben estar convenientemente informadas (entender el por qué y el para qué) y, además, predispuestas a aceptarla, interiorizarla y contagiarla. Por eso es tan importante no solo el cómo se cuentan esos cambios inminentes, sino también el cuándo: la desinformación o los rumores de pasillo pueden tomar vida propia y propagarse como un tumor entre los equipos.

En definitiva, ¿por qué empezar cualquier proceso de transformación por una buena narración?

  • Porque ayuda a entender el cambio desde su inicio.  
  • Porque ayuda a construir una tupida red de adhesiones.
  • Porque fomenta la credibilidad de quienes lideran y toman las decisiones.
  • Y porque cohesiona y empodera: si te sientes protagonista del cambio, te comprometes personalmente con su éxito.

¿Hablamos? ¡Tenemos mucho que contarte!

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El teletrabajo y los nuevos modelos de comunicación interna

– ¿Cómo vas a trabajar desde otro sitio?
– Debemos estar todos en la oficina e ir juntos a la reunión.
– Esto aquí nunca se ha hecho.

Lo que antes era casi impensable en la mayoría de empresas españolas, ahora se ha convertido en una realidad aceptada y valorada por todos: el teletrabajo ha venido para quedarse.

Hasta 2020 la mayoría de las empresas del país tenían fobia a la palabra “teletrabajo”, ya fuera porque representaba un concepto extraño que aplicaba más para el norte de Europa, o bien porque no se llegaba a ver claro cómo podía encajar en la organización de las compañías de aquel momento. Y es que, aunque muchos se resistían a este modelo de trabajo, lo que nadie sabía es que la vida tenía unos planes muy diferentes para todos.

La llegada de la pandemia supuso un avance de 10 años en tan solo unas semanas. Todas las empresas tuvieron que adaptarse a aquella situación en cuestión de días y de manera obligatoria, era momento de cambio.

Una de las principales consecuencias que trajo esta situación fue la ruptura de las dinámicas de comunicación habituales en las oficinas. Ya no valía lo de recorrer un par de metros para comentar algo, cantarle los cambios de la presentación al compañero de al lado o pegar carteles en la oficina para comunicar una noticia. Todo esto había que reestructurarlo.

Las compañías tenían ante sí el desafío de diseñar, probablemente por primera vez, una buena estrategia de comunicación interna, acompañada de las herramientas tecnológicas necesarias para garantizar una comunicación fluida y continua entre los profesionales.

A partir de ahí comenzaron a cobrar más importancia las palancas de comunicación que estamos utilizando ahora:

Plataformas digitaltes

Las plataformas digitales como Zoom, Teams, Hangouts o Skype son imprescindibles en nuestro día a día. Se implantan las reuniones de planificación semanal online, que permiten conocer la situación de cada proyecto. También se crean grupos o chats para estar lo más comunicado posible entre los miembros de un mismo equipo.

Intranets y newsletters

Las intranets y newsletters recuperan la importancia que tenían como canal de comunicación interno dentro de las organizaciones. Su buena gestión es básica, ya que es una de las principales herramientas de comunicación corporativas para dar a conocer noticias de todos los departamentos.

RRSS en comunicación interna

Las RRSS ya no son territorio exclusivo de la comunicación externa y conquistan el ámbito de la interna. Pasan a ser otro canal usado en la comunicación entre empleados y la organización y se usan para retos internos, proyectos concretos, etc.

Contenido audiovisual

Los vídeos y piezas audiovisuales pasan a ser una herramienta de formación cada vez más apreciada por determinadas áreas, que necesitan alcanzar a un gran número de profesionales que se encuentran deslocalizados.

Cercanía con los empleados

Y como novedad, la comunicación interna adquiere un carácter más personal y cercano, que prioriza el bienestar anímico de los profesionales a través del envío recurrente de comunicación gráfica o audiovisual.

Todo esto es imprescindible a la hora de crear una buena estrategia de comunicación interna que, unida a un buen liderazgo, será el mejor aliado para fortalecer el engagement entre empleados y empresa en esta nueva realidad.

Y es que ya lo dijo Charles Darwin, “no es la más fuerte de las especies la que sobrevive, tampoco la más inteligente. Es aquella que se adapta mejor al cambio” y en Mostaza Comunicación somos expertos en ello.

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