Tenemos que ser capaces de mantenernos a flote a través de una actitud positiva personal y laboralmente, porque desde luego los mensajes que nos llegan son de todo menos bonitos.

Ayer hablaba con un gran amigo y profesional y coincidíamos en que hace demasiado tiempo que en nuestra sociedad vivimos inmersos en la crispación y la frustración. Esto nos está llevando a la inacción.

Es difícil trabajar con tranquilidad. Es como si permaneciéramos en la oscuridad, donde reina el silencio y no hay actividad porque da miedo moverse. En cambio, cuando hay luz todo es muy dinámico: hay color, hay sonido, hay movimiento.

Cuesta pensar en la felicidad con todo ese gris que nos rodea, pero debemos intentarlo porque es lo que nos hace más productivos, y no al revés. Le comenté que encontré una cita de Charles Darwin en la web de Luis Rojas Marcos -un referente para mí- que dice: «No son los más fuertes de la especie los que sobreviven, ni los más inteligentes. Sobreviven los más flexibles y adaptables a los cambios».

La adaptación empieza con la actitud ante la vida y la manera de ver las cosas. A partir de ahí empezamos a transformar nuestra realidad. Por lo tanto, si cambiamos nuestro enfoque, podemos modificar nuestro grado de felicidad.

El 90% de la felicidad procede del modo en el que procesamos en nuestro interior lo externo y tan solo el 10% depende de las circunstancias que nos rodean. Además, el cerebro funciona mejor en positivo: numerosos estudios demuestran que aumenta en un 31% su productividad respecto a cuando está sumido en la negatividad, la pasividad o el estrés.

Mi amigo y yo nos comprometimos a hacer el ejercicio de ‘pensar en positivo’ y transmitirlo. Adjunto el link de una entretenida disertación del psicólogo Shawn Achor que vale la pena escuchar: Shawn Achor en TED

.-Eva Lovrics